sábado, 19 de enero de 2019

Corín Tellado

Breve análisis porque sí. Faaa, ni que fuera literata che.
-¿Quién no ha leído a Corín Tellado?- No niego que casi me trauman sus novelas rosas (que así y todo “devoraba” de chiquita) Las protagonistas siempre eran
descriptas como hermosas y suertudas, sus pechos siempre eran turgentes y bien formados, las caderas muy suaves-¿suaves?-¿y la celulitis?-¿qué onda?- su descripción física recuerda a esas muñecas flacas que usan las nenas o tal vez a los maniquíes de las vidrieras del centro.
A ellas les costaba llegar a un nivel económico que les permitiera cierta tranquilidad en el diario vivir al principio de la historia. Pero en el medio ¡ZAS! Conocían a un fulano quien era descripto como un clon de Rodolfo Valentino o para ser más “moderna” el de Brad Pitt.
El tipo siempre siempre siempre, tenía una posición de vida excelente y holgada -¡qué casualidad!-
Una vez que se conocían, pasaban determinadas barreras del argumento y chau. Felices y comieron perdices, así de sencillo. Todo bien con Corín, de verdad. Pero me gustan las novelas más apegadas a la realidad de las personas.
Por ejemplo: que las protagonistas tengan sobrepeso o unos kilos de más, que sus pechos de 105, les cuelguen un toque, que la cintura sea una cintura normal, y si se perdió en el camino, paciencia, no es crimen perder la cintura. Que las caderas sean suaves, sí, pero si la protagonista tiene suerte de poder “garparse” unas sesiones de Spa donde a fuerza de masajes y “encremadas” se logra cierta suavidad que sin embargo, la celulitis queda firmemente en su intención de joder, esa no se “pianta” aunque le paguen un sueldo.
Respecto a los labios que en las chicas de Corín son perfectos…le tengo noticias a la autora, los labios se caen al igual que los pechos, así que estimo que las blondas protagonistas, si fueran reales se las verá con algún rictus, debido a aquel galán, fauno de los olimpos, quien perdió su fortuna en un timo, se le instaló en el cotorro y del cuerpo privilegiado y dorado de aquel, se perdió el domicilio donde solía estar.
Gracias Corín por ayudarme a no creer en todo lo que leía y leo, porque al fin y al cabo lo que lograste al final, fue, además de entretenerme en esas tardes interminables de vacaciones de invierno, fue darme una herramienta preciosa –LA IMAGINACIÓN- para crear mis propios personajes de novelitas rosas.



EsperanzapiaHimura

1 comentario:

  1. En la ficción, funcionan los estereotipos. Y si algo entretiene, no está mal.
    Un abrazo.

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