Culminar...
Una daga es la mano fría que cela
mi vitalidad,
es la línea que me separa del ayer y del
mañana,
una daga esconde en su caricia
las palabras que mi garganta sabe,
pero no atina pronunciar...
Una daga será más tarde mi
enemiga,
cuando intente apoderarse de mi
existir,
mas mi ser,
egoísta de su conquista,
se niega a seguir su orden, su
corte final, ´
donde el río llegaría convertido
en mar.
Una daga de frío acero será la
causante,
de que mi pecho libre de todo
sufrimiento,
elija seguir,
elija probar el sabor de su
brillo,
mas prefiera quedarse dentro de
su real mundo,
que no resulta tan sencillo,
pero el poder de los amores tiene
más fuerza,
y la daga claudica en su intento,
ella recorre otro camino,
y la mujer finalmente hizo lo que
creyó—al menos por unos segundos—
correcto.
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