No me hostigues,
no me impongas,
no me grites ni marques mi piel
con tu voz y tu dinero...
I
Dame una mirada
de agua limpia,
una caricia de flores
húmedas por el rocío
o un pequeño beso
de atardecer añejo.
II
Duerme mujer,en ese silencio
atroz, en esa fosa
donde el odio del infame
y del hombre te enterró.
III
Duerme princesa
de manos trabajadoras,
de pechos negros
y leche blanca,
descansa tu piel cansada
y avioletada.
Sueña con pájaros
en tus cabellos,con dedos
que dibujan tu boca
y hombres que te quieran,
y no como esos que te agobian
cuando el sol despunta,juntan
sus ropas, dejan sus monedas
en una lata y se van a sus casas,
a marchitar a otra flor,
que despierta, aún lo aguarda.
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