¿Quién pudiera revolcarse en suspiros
y ensuciarse de permisos?
¿Quién pudiera refrescarse en las mieles
que los néctares ofrecen en los caminos?
¿Quién pudiera auscultar el pecho de algún navío
y viajar entre sus mástiles,testigos de tormentas,
aventuras y tesoros escondidos?
¿Quién pudiera en veinte parpadeos, recorrer
diez universos,cuatro galaxias y la casa
de los abuelos?
¿Quién pudiera, dime niña,guardar un sortilegio
en el alma de un volcán,enamorarse de algún ogro
y al amanecer,transformarse en pura dicha
perfumada de libros nuevos, como la mirada tuya,
cuando te abrazo, te acurruco y antes de que
el sueño te guarde,yo te leo?
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