Escribir desarma,
sin saberlo, desengrana
nudos que se alojan
en la profundidad
de las entrañas.
De no echarlos
a punta de versos,
se anidan y se vuelven
aves sin vuelo.
Morir escribiendo
mientras se vive soñando,
soñar escribiendo
mientras se muere viviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario