El
hijo del viejo
Hace rato que amaneció ya, los rayos del sol entran entre las rendijas
del rancho y lastiman los ojos del viejo, o mejor dicho del ojo bueno que le
queda al pobre…
El patrón
se dio una vuelta el sábado pasado y le había dejado paquetes con mercadería,
allí estaba aun sin abrir, y ya era miércoles.
El viejo se estaba abandonando, quería dejar de vivir, no aguantaba ese
antiguo dolor , un dolor mas grande del que un hombre puede soportar… y no es la perdida del ojo
–eso no es na’- solía decir en el bar con unas cañas de mas-con gusto daba
lo’tro ojo con tal de tener a m’hijo- la paisanada del lugar siempre se quedaba
muda cada vez que el viejo se mamaba, era su desahogo, de esa manera largaba un
poco del dolor que sentía-si lo estoy viendo, canejo- y esbozaba una sonrisa y
su único ojo brillaba de orgullo-enlazaba como naides los toros bravos- tenia
una cancha el sotreta—siempre al jrente e’tuitos los demás, era líder m’hijo,
el mejor era m’hijo, por eso termino ansina, en la flor e’la vida,¿Por qué Tata
Dios? ¿Por qué m’hijo y no yo?, yo que soy un viejo, ¿pa’que puedo servir?, mi
muchacho en cambio tan corajudo, heroico, bravío-.Los paisanos se miraban y
murmuraban-oiga don-le dijo un hombre que andaba con una taba entre las manos-lo
que hizo su hijo tiene un gran valor, debe sentirse orgulloso de el, le salio de adentro
dar la vida, es un hecho que enaltece su recuerdo-
El viejo lejos de alegrarse estallo en
gritos de furia-no diga pavadas ¿quiere?-lo que uste’me dice no vale na’ni la
patria ni la medalla que me dieron, pa’un padre na’ esas cosas vale la vida e’un hijo- y se puso a llorar como un chico el
viejo.
La gente enmudecida…el tipo que hablo abandono el juego de la taba, se sentía
muy mal, asíque agarro su vigüela y se fue del lugar con la cabeza gacha.
Era entrada la madrugada cuando el viejo iba doblado por la pena y la
ginebra, había salido del bar, despacito llego hasta el rancho, como pudo, a
tientas, pero llego. La noche como bóveda estaba con mas estrellas que nunca,
brillaban las condenadas, como si quisieran acompañar los pasos del viejo…así
fue que llego guiado por su instinto, abrió la puerta del rancho…fue directo al
ropero y saco de ahí una cajita y un uniforme, torpemente se vistió con esos
trapos, le quedaba holgado el pantalón, su hijo era mas corpulento que el, la
chaqueta tenia unos agujeros alargados, el viejo beso los rasgones en la tela y
se lo puso, saco de la cajita una medalla, la miro y escupió al piso…-m’hijo por este metal- dijo, y se dirigió
a la ventana, miro las estrellas una vez mas y se tiro en la silla raida..
Cuando el sábado vino el patrón encontró los paquetes intactos del sábado
anterior, y también al viejo muerto desde hacia días, no se sorprendió el
hombre, pero le dio mucha tristeza, los ojos se le humedecieron, y al salir del
rancho el peón que quedo en el sulky le pregunto-¿se murió el viejo don?-si
guri, esta muerto-uy don, uste’lo quería mucho al viejo?-claro que lo quería
muchacho, como no quererlo?-que en paz descanse
porque en vida no pudo -desde esa batalla en que su hijo ofreció la
espalda a la bayoneta, el viejo jamás fue el mismo-el pibe se queda pensando y
luego pregunto-¿y quien era el hijo del viejo don?-el hombre mira el suelo, la
tierra esta seca, y hay olor a lluvia a lo lejos, una tormenta se aproxima por el norte…-¡don!- repite el muchacho-discúlpame
guri-dice el patrón con un hilo de voz pero así y todo firme el hombre dice-el
Sargento Cabral, guri, el Sargento Cabral era el hijo del viejo-
Simple recuerdo para un personaje de
nuestra Historia argentina, sólo eso...
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